The Beatles: Get Back y sus lecciones sobre creatividad.

The Beatles: Get Back y sus lecciones sobre creatividad.

Cuando creíamos que se había contado todo sobre los Beatles, llega Peter Jackson (Director de El Señor de los Anillos), y nos regala ‘Get Back’, una película/documental para Disney + de ocho horas de duración, que recopila todo el proceso creativo de la grabación del icónico álbum Let It Be.

En cada capítulo podemos ver, de forma muy íntima y cruda, la dinámica de la banda y sobre todo, comprender el proceso creativo que tenían y que los hizo exitosos.

Lo primero que hay que destacar es la meta que tenían: componer, ensayar y crear un show donde tocarían el nuevo álbum, todo esto en 20 días. Quienes trabajamos en procesos creativos, muy especialmente en publicidad, sabemos de primera mano lo demandante que puede ser cumplir con los deadlines y lo complicado que a veces puede ser balancear los tiempos que implican concebir y ejecutar una idea o una campaña versus efectivamente los tiempos en los que una campaña debe estar al aire. 

Volviendo al documental, es maravilloso ver cómo en realidad, muchas de las canciones de los Beatles nacen del caos (y de la presión por cumplir con el plazo acordado con la disquera). Es indudable el rol de McCartney como líder creativo en todo el proceso, aunque irónicamente esto también reflejaba cada vez más los roces y las inconformidades de los otros miembros de la banda, especialmente en George Harrison. 

Nadie en su sano juicio intentaría vivir de la creatividad si no tuviese una enorme autoestima, al igual que una justa dosis de autocrítica. Son esos valores los que acaban conformando el ego creativo de cada persona. 

Como McCartney, que componía soltando acordes y tarareando letras, o como un redactor que tira enunciados y caminos creativos en los brainstormings, dentro de nosotros existe una lucha eterna entre lo que queremos y lo que debemos hacer, sumado a un ambiente a veces estresante con plazos y frustraciones.  

Es la pelea del siglo, donde cada uno debe aprender a alimentar su autoestima y su autocrítica por igual. Más que nada porque a veces es justamente el ego quien sabotea las ideas. Por ejemplo (y sin lugar a dudas) la dupla Lennon-McCartney tuvo los argumentos creativos para eclipsar a cualquiera, pero la constante batalla de egos al momento de componer terminó por asfixiar a los demás, en especial a George quien solo pedía “libertad creativa”.

En el universo de la creatividad está bien confiar y defender nuestras ideas, pero una cosa es eso y otra es dejar que el exceso de confianza se convierta en ego y que nos trunque todo el proceso creativo. El ego se empeña en autoconvencernos de que somos indispensables, mientras que la confianza hace que pongamos los pies en la tierra y que nos consideremos valiosos, pero no imprescindibles. 

Como ya sabemos, George supo hacerse un lugar para componer clásicos dentro de los Beatles, tales como “Something”, “While My Guitar Gently Weeps» o “Here Comes the Sun” y finalmente, su carrera como solista fue igual de exitosa y reconocida que la de Lennon y McCartney.

Personas que se toman cualquier cosa como un ataque personal hay en todas partes, pero abundan particularmente en el universo de la creatividad. La frontera entre la confianza en uno mismo y el ego es a veces muy delgada, pero si nos atrevemos a traspasarla estaremos “matando” un poco nuestra propia creatividad.

¿Por qué? Porque cuando nos tomamos cualquier crítica como una ofensa personal, no permitimos que esa crítica sirva para pulir el trabajo que tenemos entre manos. Y no solo eso, sino que ponemos en peligro la colaboración, tan necesaria para alumbrar grandes ideas en el universo creativo.

Social Media Manager
Gabriela López


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