Distancias más cortas, mejores hábitos y lo simple de la vida

Distancias más cortas, mejores hábitos y lo simple de la vida

No sé si a ustedes les pasa, pero comúnmente cuando escuchamos hablar sobre los smartphones, aplicaciones o redes sociales, vemos el lado de las “adicciones” que generan, sobre todo en las generaciones más jóvenes, lo que nos “perdemos” por estar mirando la pantalla, las charlas que no se dan cara a cara y se suplantan por un chat, y muchas cosas más. Nadie niega que esto sea verdad y que realmente a veces necesitamos levantar más la cabeza, mirar más a los ojos, conversar más, compartir un momento y sentir la calidez de la compañía, que estar inmersos en un mundo virtual, más frío, frívolo y más distante. Pero, ¿por qué no le buscamos lo positivo? ¿No sería genial poder hacer un balance?

De un tiempo a esta parte, aquellas madres que tienen a sus hij@s lejos, que se fueron a estudiar/trabajar (del interior a Montevideo o al exterior) tienen la posibilidad de estar con ell@s, compartir un momento, conocer sobre la vida que llevan y mucho más a través de una pantalla. Las videollamadas, los audios y la posibilidad de enviar fotos y videos mediante plataformas de mensajería en este caso acercan, acortan distancias y disminuyen el extrañe. Claro está que no nos reducimos a pensar en madres e hijos, pasa lo mismo con amigos, parejas, hermanos, etc.

Si bien el abuso de las redes sociales tiene grandes desventajas, las mismas se crearon con causas realmente nobles como acercar a personas, establecer una red de contactos profesionales, volver a relacionarnos con personas que hace tiempo no vemos, compartir información relevante para nosotros y nuestros “amigos”. Va en cada uno el uso que se les da a las mismas, pero no podemos negar que por más desventajas que tengan, hay ventajas inmensas de las que podemos sacar provecho. ¿Alguno se puso a pensar en la cantidad de causas nobles que se comparten a diario en las diferentes redes? Recaudación de fondos para una persona que lo necesita, experiencias que bien vale la pena compartir y que inspiran a otros a replicarlas, tutoriales para no depender de otros para poder arreglar algo en nuestra casa, difusión de causas sociales o movimientos. Las redes son unión y va en cada uno de nosotros poder sacarle un provecho digno, tratar de quejarnos menos y compartir más, más cosas lindas, más cosas que valgan la pena, más videos que inspiren. Incluso hoy, hasta algo tan digno como conseguir un trabajo se puede hacer a través de las redes (obvio que también tenemos que esforzarnos por ser los mejores para ese trabajoJ)   Hoy estamos a un clic de distancia de personas que jamás creímos que podían integrar nuestra red de contactos. Hay redes que además nos “premian” por estar en contacto diario con alguien, ¿no está bueno que nos incentiven a cuidar nuestras relaciones? Pero, como dije anteriormente, está en nosotros cuidarlas de verdad y no por el simple hecho de tener el “premio” diario.

Por otro lado, ¿sabían que son necesarios 21 días para que el cerebro adquiera un nuevo hábito? ¿Sabían que la creación de un nuevo hábito consiste en la repetición de 3 pasos? Aprender hábitos de niños resulta muy fácil, como aprender que hay que lavarse los dientes al levantarse, luego de que repetimos la acción durante algunos días, deja de ser algo que “debemos” hacer y pasa a formar parte de nuestra rutina. Pero a determinada edad, adquirir un nuevo hábito resulta más complejo. Es por esto que hoy contamos con aplicaciones como Habit Bull o Fabulous si usan Android y Way of Life si usan iOS, que nos motivan y ayudan a crear hábitos saludables (comer seguido, meditar, levantarnos de buen humor y más)  y ver nuestros avances o retrocesos.

También están aquellas aplicaciones, de las que varias marcas como Nike o Adidas están sacando provecho, que nos ayudan a ejercitarnos y mantener una calidad de vida más saludable. Aplicaciones que controlan nuestro sueño y nos ayudan a crearnos el hábito de ir a dormir a determinada hora para poder descansar el tiempo suficiente. Aplicaciones como Calm, que nos enseñan a respirar y a meditar para poder relajarnos y desestresarnos.

Hay tantas cosas buenas en la tecnología como buenas intenciones tengamos y voluntad pongamos. Creo que lo que necesitamos es tener la suficiente inteligencia para poder sumergirnos en el mundo tecnológico y sacarle el jugo para nuestro bien, pero no para calmar una “necesidad” inmediata, sino para sentirnos bien de verdad.

Les sugiero desactivar las notificaciones de grupos de Whatsapp, las de Facebook, Twitter y cuantas redes manejen; dar vuelta el celular cuando estamos reunidos en el trabajo, dejarlo a un lado cuando vamos a comer, tratar de no usarlo cuando estamos pasando un lindo rato con amigos, familia o pareja; darnos un tiempo de calidad, para nosotros, que nos llene el alma y nos permita disfrutar de la simpleza de un abrazo, una charla, un silencio y la calidez de un abrazo.

Les propongo mirar menos pantallas y buscar más miradas.

Sofía Del Pino
Directora de Social Media en PIMOD
Twitter: @Sofidelpi


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